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Cuenta la historia, que las aves no siempre fueron como las conocemos ahora. Antes tenían muchas peleas entre ellas, porque todas se sentían mejor que las demás. Para remediar este problema, el creador de todos los animales decidió hacer una reunión con todas las aves de la tierra para que pudiera elegir una y  ésa sería la que gobernaría por sobre todas las demás.
Las aves, queriendo que sus virtudes se conocieran por todos los presentes, comenzaron a platicarlas.


El ruiseñor se enorgullecía de su canto dulce y suave, pues decía que su voz sería un alivio para todo aquél que lo escuchara. El Pavo Montés, alardeaba de su fortaleza, su carácter y su rigidez para crear orden por sobre todas las demás aves. 
El Cardenal, aseguraba su triunfo diciendo que todo el mundo admiraba su plumaje color escarlata, y que ese sería el factor que lo haría ganar.



En ese entonces, el Pavo Real, no tenía el bello plumaje con el que lo conocemos ahora, al contrario se sentía avergonzado porque él no  tenía ningún atractivo, ni virtudes para poder gobernar a las demás aves, por lo que acudió a su amigo, el pájaro Puhuy, quién no estaba enterado  de la reunión de las aves. Acudió a él para convencerlo de que  le prestara sus hermosas plumas. Lo persuadió de que él pájaro Puhuy era demasiado pequeño para gobernar a las demás aves, pero que él tenía el tamaño, la gracia y la elegancia necesarias para poder gobernar a las demás aves. El pájaro Puhuy desconfió al principio, pero finalmente confió en su amigo, quien le prometió que le devolvería sus plumas y, si ganaba, le compartiría sus riquezas y su reinado.


El Pavo Real se puso las plumas de su amigo, el pájaro Puhuy y le quedo un hermoso atuendo con una larga cola color turquesa y con tonalidades amarillas y verdes. El Pavo Real se fue rápidamente hacía donde estaban las demás aves, feliz de su atuendo. Al llegar, los demás lo vieron con admiración y decidieron inmediatamente que esa ave era la merecedora del primer lugar.


El creador de todos los animales, al admirar también la belleza del ave y estando todos de acuerdo en proclamarlo el rey de las aves, se sintió tranquilo por tener paz nuevamente en el reino, e hizo que la noticia se proclamara por todos los alrededores. Sin embargo el Pavo Real, después de su triunfo, jamás se volvió a acordar de su amigo, el pájaro Puhuy, y después de unas semanas, apareció el pajarito muerto de frío tapándose con algunas hojitas.


Las demás aves se dieron cuenta y fueron a contarle al creador de todos los animales lo que había hecho el Pavo Real, y exigieron que tuviera un castillo por semejante engaño.

Desde entonces, cuando el Pavo Real abre el pico y quiere cantar algo agradable para las personas, de su boca no salen más que graznidos desagradables que causan gracia entre las demás aves, en recordatorio de su traición. Es así como el Pavo Real obtuvo sus plumas y fue así como obtuvo ese feo graznido que lo caracteriza.

Por Gaby Juárez

07/04/2013

La leyenda de las plumas del pavo real

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