top of page

De origen jalisciense, Juan Rulfo es uno de los escritores de la lengua española más destacados, prestigiosos y reconocidos a nivel internacional. Sus obras más destacadas son «El llano en llamas» y «Pedro Páramo», ambas selladas con su característico estilo donde el realismo mágico es uno de los protagonistas. Juan Rulfo hace una combinación perfecta entre la realidad y la fantasía; crea ambientes donde el lector es incluso capaz de imaginarse a sí mismo como parte de la historia.

Juan Rulfo fue un ferviente escritor indigenista y nacionalista que retrató el pensamiento y la vida rural mexicana; en sus cuentos abunda la violencia, la muerte, la culpa, el fatalismo, la devastación y la sexualidad, y «Macario» y «Luvina» no son la excepción. Ambos textos se presentan en su mayoría como monólogos; en el primero, Macario es el narrador autodiegético y en el segundo nos encontramos con una charla entre dos personajes, sin embargo, sólo es uno el que mantiene la conversación.

Podría inferirse que Macario es un joven con algún tipo de discapacidad cognitiva que sufre las repercusiones de ser huérfano y de vivir en un ambiente hostil y descuidado, al cargo de su madrina y de Felipa, una muchacha encargada de algunas labores domésticas. Macario vive rezagado por la sociedad de su pueblo, es marginado, abusado y rechazado; en numerosas ocasiones, los mismos habitantes del pueblo atentan contra su integridad física, provocando que resulte herido y humillado. A pesar de ello, Macario no se percata de su situación, él tiene la creencia de que al morir tiene como destino el «infierno» debido a que las personas con las que convive se encargan de señalarlo y culparlo constantemente. Incluso Felipa sabe lucrar con las circunstancias y se aprovecha de la inocencia e ingenuidad de Macario.

Por otro lado tenemos a los personajes de la cantina en «Luvina», ellos mantienen un diálogo pasivo mientras beben cerveza y mezcal. El profesor, quien está a cargo de la narración, comparte sus desdichadas anécdotas y experiencias en San Juan Luvina con el otro personaje. El pueblo se presenta desolado, triste y desesperanzado, postrado en un horizonte gris y ceniciento, donde el hambre, la sed y la resignación forman parte de la realidad de todos los días.

En ambos textos nos encontramos con un México devastado y violento, lleno de carencias y desensibilizado, donde los habitantes no encuentran consuelo y se resignan a vivir el resto de sus días en las mismas condiciones de pobreza y desasosiego. El gobierno no está presente y la gente no tiene interés en reclamar y exigir atención; no hay democracia, la existencia de una sociedad libre, bien administrada, donde cada uno participe y se forme de acuerdo a las expectativas de un país mejor es nula, utópica.

Hombres y mujeres que sólo se dedican a no morirse de hambre, sin aspiraciones ni futuro, sometidos por la religión y la procrastinación. En un contexto histórico, se puede recalcar que los textos fueron escritos en el periodo posterior a la Revolución y la Guerra Cristera, cuando muchos rezagos de las mismas aún eran de relevancia. Rulfo, mediante regionalismos propios de la época y atinadas descripciones del ambiente y los personajes, logra trasmitir el sentir de las personas que habitaron México durante aquellos años, la realidad en la que estaban inmersos cada día y noche, su impotencia e indiferencia, y las penurias a las que estaban expuestos.

Macario y Luvina

Por Valeria Barrera

02/02/2013

bottom of page