top of page

La leyenda de los chaneques

Por Carlos Herrera

07/04/2013

Cuenta la leyenda sobre unos pequeños seres llamados chaneques  que habitan en la hermosa selva del sur de Veracruz rodeada de paisajes inimaginables con el cantar de los pájaros en el día, el aullar de los coyotes por las noches, alucinantes manantiales que al verlos se nota su pureza, los árboles grandes que cobijan al pasto dejando entrar la luz de una manera sutil creando una agradable sensación para quien lo habita.


Estos seres provenientes de la mitología mexicana prehispánica en general fueron dioses que tienen como tarea proteger los árboles, manantiales, animales y todo lo que se encuentra en la selva y es sabido por lo que la gente cuenta, que estos seres tienen cierta personalidad traviesa hacia los seres humanos, haciendo que pierdan su rumbo escondiendo cosas y desorientando la percepción de la realidad. Sin embargo existen seres que pueden llegar a ser malvados buscando el espíritu de las personas para poder robarlo, ese espíritu es adquirido al momento de nacer y la carencia de él llegaría a matar a las personas.


Los niños que se encuentran en espacios grandes principalmente en la noche son los más vulnerables debido a que su espíritu es el más limpio por lo hace lo más atractivo a los chaneques. 
Estos seres actúan como niños haciéndoles pensar que quieren jugar con ellos y los niños que caen en su juego persiguen a estos seres, en cuanto se dan cuenta que ya se alejaron mucho ya están perdidos en la selva.


Un señor conocido como el “mosco” en Suchilapan, Veracruz, cuenta que fue víctima de estos pequeños seres. Este señor comenta que hace aproximadamente 20 años en donde ahora se siembra y el ganado se alimenta, era una selva y ellos tenían que juntarse con un grupo de personas para poder ir talando árboles y asi alimentar su ganado, sin embargo esto no era una tarea fácil porque en ese entonces habitaban jaguares, serpientes y muchos animales exóticos.


Era un día soleado refiere don “mosco”, una tarde normal de trabajo que tenían que cumplir, sin embargo con el paso de las horas fue anocheciendo y unas enormes nubes hacían la noche más densa con una brisa que pegaba en la colina donde ellos estaban, era muy tarde para regresar ya que corrían peligro y decidieron quedarse a acampar en los árboles, las personas que en ese momento se encontraban en el campamento, se dividieron en grupos para poder conseguir leña para ahuyentar a los animales y don “mosco” se quedó cuidando a los caballos, cuando todos se habían marchado  notó cierta vibra extraña, no había viento, el cielo de repente apareció despejado y había un silencio incomodo debido a que normalmente se oyen los grillos y algunos insectos.

Cuando  prendió su cerillo para poder encender su pipa, saltó un sapo sorprendiéndolo y haciéndolo perder el control tirando el cerillo prendido, haciendo que se encendiera un pedazo de tela que se utilizaba para cerrar el recipiente que contenía el combustible para prender la lámpara, súbitamente el empezó a brincar sobre el pedazo de tela hasta que solo quedo humo.         


Cuando todo aparentemente había pasado oyó una risita quisquillosa arriba de un árbol que se encontraba justo al lado de él, cuando  se acercó, comenzó a oír más risitas y comenzó a gritar: ¿quién está ahí? y nadie respondía; impactado empezó a oír con más atención para ver de dónde proveían esas risitas, caminó hasta  un arbusto que se encontraba a unos metros del camino y vio que atrás de éste  había algo,  cuando fue  a investigar , estiró su mano y de repente detrás del árbol que se encontraba del lado derecho saltó un supuesto niño corriendo hacia la densa selva, el señor salió persiguiéndolo pero fue incapaz de alcanzarlo y grito: “¡ cuidado deja de correr,  regresa!” , pero nadie respondió se esperó un momento y volvió a escuchar el mismo silencio de soledad y de misterio, se dio cuenta que ya se había desplazado del lugar donde supuestamente él debía estar cuidando a los caballos, trató de regresar por donde había llegado sin encontrar el camino. 

El señor comenzó a escuchar una risita pero a diferencia de las demás, esta vez vio a un niño con ojos brillosos,  reposando en cuclillas arriba de la rama de un árbol que se reía con las manos en la boca, el ser se le quedó viendo fijamente con una mirada diabólica, de repente puso una cara seria y salto hacia el señor, quien corrió hacia la cima de la colina, se tropezó y cayo encima de un tronco, en ese momento él estaba paralizado y no sabía que hacer, comenzó a gritar el nombre de las personas que habían venido a trabajar con él, sin embargo no hubo respuesta alguna, seguía escuchando las risitas,  tenía una sensación en la espalda de que había alguien detrás cuando volteo vio la nariz de un caballo haciendo que el cayera del espanto inmovilizándolo por completo.

Cuando despertó estaban sus amigos alrededor de él diciendo ¿qué te paso? ¿dónde estabas?  él dijo que había estado perdido,  le comentaron que lo encontraron justo a unos metros de donde él estaba cuidando a los caballos cuando subió la mirada fue cuando se dio cuenta que el caballo que estaba frente a él era el mismo que lo había salvado en aquel angustiante suceso.

bottom of page